martes, 21 de mayo de 2013

Te invitamos a las siguientes celebraciones y encuentros.





CAPILLA JUAN XXIII
TANDIL 2551 - FLORES



JUAN XXIII    FIGURA Y CARISMA
 
JUEVES 30 DE MAYO: LA FIGURA DEL PAPA BUENO
 
19: MISA RITUAL DE JUAN XXIII EN ITALIANO Y ESPAÑOL
19.45: Exposición de Mons. Antonio Aloisio:
EL CORAZÓN PASTORAL DE JUAN XXIII.
 
DOMINGO 2 DE JUNIO: MISA DE CORPUS CHRISTI
 
11: Preside Mons. Luis Fernández, Vicario de Flores.
 
LUNES 3 DE JUNIO: 50 AÑOS DE LA PASCUA DEL PAPA
 
19: MISA EN EL 50 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE JUAN XXIII
 
JUEVES 6 DE JUNIO: EL CARISMA DE JUAN XXIII
 
19: MISA RITUAL POR EL PAPA
19.45: Exposición del Pbro. Carlos Galli: LA IGLESIA DE LA TERNURA DE DIOS. DE JUAN XXIII A FRANCISCO.
 
JUEVES 13 DE JUNIO: JUAN XXIII, MARÍA Y NOSOTROS
 
19: MISA RITUAL DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
19.45: Oración ante la Imagen con el Pbro. Raúl Canali:
REZO Y CANTO A SANTA MARÍA DE GUADALUPE.
 
 
1963 – 2013: 50 AÑOS COMPARTIENDO LA FE EN EL BARRIO CON JUAN XXIII
 
 
 

Carta de Carlos María Galli


Buenos Aires, 16 de mayo de 2013

 

QUERIDOS AMIGOS Y AMIGAS

 

¡Feliz Pentecostés! Espero que cada uno esté bien. Por esta carta quiero contarles que en 2013 se cumplen cincuenta años de la muerte pascual de Juan XXIII y del inicio de nuestra capilla. Al mismo tiempo les envío una imagen del Papa Bueno y el breve programa de actividades de la primera etapa de celebraciones. Los espero.

 

1. A mediados de 2010 el cardenal Jorge M. Bergoglio sj me propuso hacerme cargo de esta casa y celebrar la Eucaristía en esa capilla, junto con mi pastoral académica ordinaria. Con la ayuda de Joaquín Sucunza arreglé la vivienda, que estaba muy deteriorada. La obra duró más de un año. El 1 de octubre de 2011 me mudé pero desde mitad del año celebraba la Misa dominical aquí.

 

2. Esta Capilla es el único templo que se llama Juan XXIII en Buenos Aires. Desde 2012 se incluyó la Capilla Beato Juan XXIII en la Guía Arquidiocesana. El nombre del Papa nos da un carisma y una misión. Sus dos grandes iniciativas, el Concilio Vaticano II y el Sínodo Romano, nos invitan a pensar la Iglesia conciliar del futuro y la pastoral urbana porteña.

 

3. En este año se cumplen los 50 años de la muerte de Juan XXIII (3/6/1963) y de la inauguración de este oratorio con la celebración de la primera Misa (15/8/1963) cuando comenzó a funcionar el Instituto de consagradas Juan XXIII, que concluyó en 2009. En 2013 también se celebra el cincuentenario del Seminario Catequístico Arquidiocesano Juan XXIII, que funciona en San José de Flores y con el que esta Capilla colabora a nivel de la formación catequística.

 

4. En esta pequeña comunidad, puesta providencialmente bajo el patrocinio del Papa Bueno, la gran figura de una renovada Iglesia de la Caridad, celebraremos con alegría el Jubileo en pleno Cincuentenario del Concilio Vaticano II y en el Año de la Fe convocado por Benedicto XVI.

 

5. Agradecemos el don de Dios que, durante cinco décadas y gracias al testimonio de laicos, consagradas y presbíteros, movió a mucha gente del barrio a atravesar el umbral de la fe (Hch 14, 27), especialmente a través del testimonio de la vida consagrada femenina, la catequesis de primera comunión y el servicio social de la caridad. Hoy, el Jubileo nos invita a cruzar la Puerta, que es Cristo (Jn 10, 9), por quien tenemos acceso a Dios Padre en el mismo Espíritu (Ef 2, 18).

 

6. Celebramos el aniversario en comunión fraterna con las tres parroquias que fueron y son, en distintos tiempos, como una “madre” de esta pequeña comunidad: San José de Flores, Santa Clara y especialmente Santa Francisca Cabrini, en cuyo ámbito pastoral estamos situados.

 

7. La Carta La puerta de la fe mueve a todos a “redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe” (PF 7). Junto con las tres parroquias ya nombradas de nuestro decanato, y con otras dos vecinas, Nuestra Señora de Luján Porteño y Nuestra Señora de la Paz, que pertenecen del decanato Vélez Sarsfield, estamos pensando intensificar una presencia misionera en las manzanas de este barrio, que está situado en un ángulo que vincula a las cinco comunidades. El objetivo es anunciar a Jesucristo vivo que está en Buenos Aires, presentar las comunidades y los servicios de las cinco parroquias en sus respectivas manzanas, y dar a conocer la existencia de nuestro pequeño templo que invita a cruzar el umbral de la Casa de Dios. Esta iniciativa se integrará en la misión arquidiocesana posterior a las confirmaciones.

 

8. Vivimos un tiempo de gracia con la elección de Francisco y el cariño que le tiene la gente de Flores. Es una oportunidad para renovar “la dulce y confortadora alegría de evangelizar” (EN 80) como nos pedía Pablo VI. El cardenal Bergoglio repetía este texto y se encuentra dos veces entre las notas de su exposición ante los cardenales en una de las reuniones previas al Cónclave. Expresa la alegría de creer y de compartir con la fe con los demás. El Papa Francisco lo convertirá en uno de los lemas de su pontificado que impulsa una Iglesia esencialmente misionera.  

 

9. Las celebraciones eucarísticas principales serán el domingo 2 de junio, Corpus Christi, a las 11, un día antes del cincuentenario del dies natalis del Papa; el jueves 15 de agosto, Asunción de María, a las 19, día del aniversario de la primera Misa en esta capilla; y el viernes 11 de octubre a las 19, en la fiesta litúrgica del Beato Juan XXIII, puesta oficialmente en ese día en el que fue inaugurado el Concilio Vaticano II. La primera será presidida por Luis Fernández; la segunda por Joaquín Sucunza. A la tercera invité a nuestro nuevo arzobispo, Mario Poli. Estoy a la espera.

 

10. La celebración jubilar tendrá tres momentos con una serie de actividades. El primero, Juan XXIII: la figura y el carisma, será en torno al 3 de junio y se concentrará en el Papa Juan. El segundo, Juan XXIII: la memoria y el presente, será en torno al 15 de agosto y se centrará en la presencia de la capilla en el barrio. El tercer momento, Juan XXIII: el Concilio y la misión, será en torno a la fiesta litúrgica del 11 de octubre y se concentrará en la actualidad del Vaticano II para la nueva evangelización porteña. Después de esa fecha y en el marco de las misiones posteriores a las confirmaciones comunitarias se intensificará la presencia misionera en este barrio.

 

11. En otro archivo les envío el programa del primer momento de nuestro Jubileo: Juan XXIII: figura y carisma. Si lo desean, les pido la gauchada de remitirlo a sus amigos y conocidos por los medios a su alcance. En el mismo adjunto va una imagen del Papa Juan.

 

12. En noviembre, al terminar el Sínodo sobre la nueva evangelización, estuve en Sotto il Monte, pueblo natal de Juan XXIII, vecino a Bérgamo. Visité Ca’Maitino, una casa familiar en la que él veraneó durante varias décadas, hoy convertida en museo. Allí visité a Mons Loris Capovilla, obispo de 97 años, secretario de Ángelo Roncalli durante diez años, cuando fue patriarca de Venecia (1953-1958) y luego obispo de Roma (1958-1963). Conversamos largamente sobre muchos temas y luego concelebramos la Eucaristía en el altar familiar de Juan XXIII.

 

13. Al final de la Misa le comenté que a pocos días después, el 7 de noviembre, expondría ante la asamblea plenaria del episcopado argentino sobre el Concilio Vaticano II. Le pregunté qué les diría hoy Juan XXIII a los obispos, a cincuenta años del Concilio y con todas las vueltas de nuestra historia postconciliar. El lúcido viejito me repitió unas palabras que están al final de la alocución Gaudet Mater Ecclesia (Se alegra la madre Iglesia), y que señalan que el Concilio es sólo la aurora, un comienzo en el que los primeros rayos del sol comienzan a entibiar nuestros corazones: Tantum aurora est; et iam primi orientis solis radii quam suaviter animos afficiunt nostros!” Me repitió: “padre, dígale a los obispos para que tengan esperanza: tantum aurora est”. También me lo dijo en referencia a la pequeña comunidad de esta Capilla: apenas está en la aurora. ¡Sigamos caminando para que llegue el mediodía con la plenitud del Sol de Cristo!

 

14. Junto a esta carta, que les sirve como información e invitación, les regalo un artículo para la reflexión y el diálogo. Fue publicado en la revista Vida Nueva (Cono Sur) 9 (2013) 33-35, titulado: Juan XXIII y Francisco. La ternura de Dios y los pilares de la paz. El texto fue traducido al italiano y al inglés. Se encuentra en el sitio de la Raoul Wallenberg Foundation.

 

15. La Capilla está iniciando un blog:   capillajuan23flores.blogspot.com  

 

En esta nueva aurora, les confío la Capilla a su oración y les mando un fuerte abrazo. 

 

Carlos María Galli

La ternura de Dios y los pilares de la paz.


De Juan XXIII a Francisco.
La ternura de Dios y los pilares de la paz.

 

 

Artículo publicado en la revista Vida Nueva (Cono Sur) 9 (2013) 33-35, Bs. Aires, Argentina.

 

Carlos María Galli

Doctor en Teología

 

El 13 de marzo de 2013 fue elegido Francisco, el obispo de Roma que llegó del fin del mundo. El 3 junio de 2013 se cumplirán cincuenta años de la muerte de Juan XXIII, il Papa buono. Un poco antes, el 11 de abril de 1963, en su último Jueves Santo, él dio a conocer la encíclica Pacem in terris (PT). El mismo nombre muestra que su mensaje es un eco de la Buena Noticia de la Navidad: “gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres” (Lc 2,14).

Bondad, amor, misericordia, ternura, paz son palabras que expresan el Evangelio y acercan a los dos pontífices. Ambos muestran la bondadosa humanidad de nuestro Dios. El 11 de octubre de 1962, en el discurso inaugural del Concilio Vaticano II, Juan XXIII invitó a emplear la medicina de la misericordia. El 17 de marzo de 2013, en su primer Ángelus, Francisco llamó a descubrir la ternura de Dios. En estos dos siglos, marcados por tantos odios y violencias, ellos invitan a la Iglesia a tener el corazón lleno de bondad, a ser la Iglesia de la Caridad.

 

Juan y Francisco

Los dos pontífices tienen muchos rasgos comunes: fueron elegidos a los setenta y seis años; unen una personalidad accesible con la firmeza en las convicciones y decisiones; provienen de familias sencillas. Juan nació en Sotto il Monte, un pueblo rural de Bérgamo, en Italia, a fines del siglo XIX; Francisco surgió de la clase media inmigrante de origen italiano en los años treinta en la Argentina. Con sus diversas trayectorias fueron obispos cercanos a sus pueblos: Ángelo Roncalli en Venecia (1953-1958), Jorge Bergoglio en Buenos Aires (1998-2013).

Sus nombres trazan programas. Ángelo tomó el nombre de Juan Bautista, el precursor, y de Juan Evangelista, el discípulo; Jorge se animó a llamarse Francisco por el pobre de Asís, uno de los hombres más parecidos a Cristo. Juan XXIII era devoto de san Francisco y franciscano seglar. Con sus nombres, ellos invitan a acercarse a Jesús bendito, como lo llamaba Juan.

Ambos comienzan su ministerio respondiendo a la palabra del Señor: “estuve preso y me visitaron” (Mt 25,36). En la Navidad de 1958 Juan XXIII visitó una cárcel romana; el pasado Jueves santo Francisco lavó los pies a chicos y chicas en un reformatorio de menores. En el Radiomensaje del 11 de setiembre de 1962, un mes antes del Concilio, Juan XXIII afirmó que la Iglesia debía ser, en los pueblos subdesarrollados, “la Iglesia de los pobres”; ante periodistas del mundo entero, el 20 de marzo, Francisco postuló “una Iglesia pobre y para los pobres”. Los dos han llevado una vida austera que convalida su autoridad apostólica. La pobreza –humildad, austeridad, servicio a los pobres- es un signo elocuente de la credibilidad eclesial.

Los dos papas expresan la fraternidad universal, llaman a volver al corazón del Evangelio y promueven la reforma de la Iglesia. Juan XXIII fue el profeta que convocó e inició el Concilio Vaticano II; Francisco es un Papa conciliar que lidera la nueva evangelización por el testimonio, el servicio y el diálogo. Los dos atraen multitudes esperanzadas y abren la Iglesia hacia el futuro. Cada uno, desde sus experiencias históricas, impulsa el compromiso ecuménico por la unión de los cristianos y el diálogo interreligioso con el Judaísmo y el Islam. Desde la sede de Pedro, con desafíos distintos, ambos asumen la causa de la paz.

 

¿Paz en la tierra?

Juan nunca vino a nuestra patria y las nuevas generaciones no lo conocen. Francisco surgió de la Argentina y todos lo están descubriendo. En el medio, Pablo VI fue el primer Papa que pisó América del Norte (1965) y del Sur (1968). Juan Pablo II nos visitó en plena guerra de Las Malvinas (1982), nos condujo al Tratado de Paz y Amistad con Chile (1984), inició los encuentros de Asís por la paz (1986). Nos volvió a visitar en 1987, se opuso a todas las guerras, en 2002 envió a jefes de Estado el Decálogo de Asís para la paz. Todos los papas del siglo XX trabajaron por la paz en la senda abierta por Benedicto XV en la primera guerra mundial.

Durante treinta años Roncalli fue representante pontificio en Bulgaria, Turquía, Grecia y Francia. Tenía un vivo sentido de la unidad de la familia humana y un gran respeto por las diferencias culturales de los pueblos. Esa fue una de las raíces de su amplio espíritu ecuménico. Muchos fueron testigos de su labor para salvar a hermanos judíos de la Shoah. Desde aquellos lugares y tiempos el futuro Juan XXIII contribuyó al diálogo judeo-cristiano.

Su pontificado (1958-1963) se desarrolló en plena guerra fría Este -  Oeste que generaba conflictos calientes en los países del Sur. Juan XXIII buscó la distensión entre las superpotencias gobernadas por J. F. Kennedy y N. Kruschev. Ante la crisis de los misiles en Cuba llamó a negociar para evitar guerras con armas atómicas. Estaba convencido de que, en la era nuclear, toda guerra es injusta. Por sus iniciativas recibió el prestigioso Premio Balzan de la Paz.

Don Loris Capovilla fue su secretario de 1953 a 1963. Hoy tiene noventa y siete años. En noviembre me contó que la Pacem in terris nació en octubre de 1962 ante la crisis cubana. El texto fue gestado silenciosamente con la ayuda del teólogo Pietro Pavan. Fue el primer documento dirigido no sólo a los católicos sino “a todos los hombres de buena voluntad”. Por eso lo envió a todos los jefes de Estado y a U. Thant, secretario de la ONU. Roncalli confiaba en la capacidad de la razón y en la buena voluntad que Dios puso en todo ser humano.

En sus cinco partes, la Encíclica expone la dignidad de la persona humana, fuente de los derechos y los deberes que regulan la convivencia (8-34); fija las relaciones de los ciudadanos con la autoridad pública (35-66); analiza la constitución del Estado democrático y republicano (67-79); brinda –en la sección más novedosa- principios para las relaciones entre los Estados (80-162); reflexiona sobre la paz como don de Dios y tarea humana (163-172).

 

La comunidad nacional e internacional

Juan XXIII aportó novedades a la Doctrina social de la Iglesia sobre la sociedad nacional: la dignidad humana como fundamento de una convivencia justa; la asunción de la lógica moderna de los derechos humanos sin su impronta individualista; la variedad de derechos, desde la libertad religiosa al salario familiar; el equilibrio entre derechos y deberes, fundando una ciudadanía responsable; el derecho natural de circular libremente de todos los migrantes; el análisis de tres signos de ese (y este) tiempo: el protagonismo de las mujeres, los derechos de los trabajadores, la emancipación de los pueblos; la opción por un régimen político democrático y la legitimidad de la autoridad representativa; el equilibrio entre los poderes de las tres magistraturas en un sistema republicano; la transparencia y el control de los actos de gobierno.

Su doctrina sobre la comunidad internacional anticipó planteos de la era global: el reconocimiento de los pueblos como sujetos de derechos y deberes mutuos; la igualdad entre los Estados sin supremacías dominantes; el derecho a la identidad cultural de mayorías y minorías; los intercambios libres de bienes, servicios y capitales según normas justas; la crítica a la carrera armamentista como estrategia disuasiva por medio del equilibro del terror (¡en 1963!); la impracticabilidad de la guerra en la era atómica y el cuestionamiento a la teoría de la guerra justa; los criterios para crear instituciones con cierta autoridad mundial a favor de la paz; la solidaridad internacional activa, que Pablo VI desarrollaría en la Populorum progressio de 1967.

 

Los cuatro pilares de la paz

El núcleo ético universal de su doctrina afirma que la paz social -nacional e internacional- se construye sobre cuatro pilares: verdad, libertad, justicia y amor. La convivencia en un país “se funda en la verdad, debe practicarse según los preceptos de la justicia, exige ser vivificado y completado por el amor mutuo, respetando íntegramente la libertad” (PT 37). Las relaciones entre distintos Estados “deben regularse por las normas de la verdad, la justicia, la activa solidaridad y la libertad” (PT 80). Esos pilares rigen los vínculos entre las personas; entre los ciudadanos y los Estados; entre los Estados; y entre los individuos, las familias, las comunidades intermedias, los Estados particulares y la comunidad mundial (PT 163). Esta doctrina ha sido enseñada por los pontífices posteriores y Benedicto XVI la recordó el pasado 1 de enero.

Juan XXIII hizo otro gran aporte al diálogo político al distinguir los movimientos históricos cambiantes de las teorías filosóficas originales. El discernimiento prudencial en cada circunstancia puede inspirar acuerdos políticos entre partidos distintos por el bien común. Lo decía cuando en Italia comenzaba la cohabitación entre la Democracia Cristiana de Aldo Moro y el Partido Socialista. Pero puede inspirar a personas de buena voluntad en nuestra Argentina.

Para Juan XXIII las autoridades públicas son los principales responsables de establecer las  bases de la paz. Pero todos los ciudadanos debemos comprometernos con responsabilidad en la causa de la paz social, que se edifica con la verdad, la libertad, la justicia y el amor.

 

Reconstruir la amistad social

Esta paz se vuelve el núcleo de la amistad social y es uno de los nombres del bien común.

* La paz es obra de la verdad y la libertad. Requiere la verdad de datos confiables sobre la pobreza y la inflación; la efectiva libertad de información sin mentiras estatales ni privadas; la transparencia de los actos y fondos del Estado en los niveles nacional, provincial y municipal; el diálogo entre oficialismos y oposiciones para solucionar los problemas que afectan al pueblo; el reconocimiento de los hechos que violaron los derechos humanos en el pasado y que violan los derechos de los más pobres en el presente; un régimen de partidos políticos que no se vuelvan facciones;  el respeto a las garantías individuales ante estados hegemónicos.

* La paz es fruto de la justicia y el amor. Requiere cambiar el individualismo consumista que fomenta el consumo privado pero no procura los bienes públicos necesarios. Exige cortar los nudos de la corrupción: en 1995, ante el primer reeleccionismo, escribí el artículo La corrupción como pecado social, mostrando que ella siempre daña la vida de los pobres. Implica dejar el lenguaje militarizado y los enfrentamientos porque los adversarios no son enemigos. Procura el diálogo y la colaboración para gestar políticas de Estado en las diferencias. Ya 1973, el filósofo Paul Ricoeur, en un texto titulado El conflicto, ¿signo de contradicción o de unidad?, denunciaba tanto las falsas conciliaciones como las ideologías conflictualistas, ahora tan en boga. Éstas reducen la acción política a una lucha de poder para vencer al enemigo mediante la supresión simbólica del otro. Tal política de muerte es la muerte de la política.

 

De Juan a Francisco

La paz reclama respeto por la verdad pasada y presente, diálogo ciudadano en libertad, justicia social y judicial, amor para querernos más, como muestra la solidaridad con los inundados. Los pilares son reconocer la verdad, promover la libertad, construir la justicia, vivir el amor. 

Juan XXIII fijo estos fundamentos de la paz y dejó la escena de este mundo en Roma, en 1963. Un año después, en 1964, un joven jesuita porteño, Jorge, se iniciaba como profesor de literatura en el colegio de la Inmaculada Concepción en Santa Fe, Argentina. Seguramente, en alguna de sus clases, comentó aquella frase del Martín Fierro, nuestro gran poema nacional, que dice: los hermanos sean unidos. En 2002, siendo arzobispo de Buenos Aires, escribió una carta pastoral para los educadores a partir de aquel poema incluyente, que el símbolo de una cultura del encuentro y una escuela de virtudes cívicas. Desde el 13 de marzo de 2013 Jorge se llama Francisco. Es el primer Papa que lleva el nombre del santo de la paz.

domingo, 19 de mayo de 2013

CORSO DI ITALIANO NELLA CAPELLA GIOVANNI XXIII


 

  CARI FRATELLI E SORELLE

BUONGIORNO!

SABATO 13 APRILE INIZIERÀ UN CORSO DI ITALIANO PER PRINCIPIANTI DATO DAL PROF. CLAUDIO MORANDI.

NELLA CAPPELLA GIOVANNI XXIII DELLA VIA TANDIL 2551 (CAPITALE).

AVRÀ ANCHE LO SCOPO DI PREPARARCI ALLA PARTECIPAZIONE ALLA “MESSA IN ITALIANO”, FUTURO PROGETTO DELLA CAPPELLA.

PER QUALUNQUE CONSULTAZIONE CHIAMARE IL NUMERO 4613-0335 DALLE ORE 14 ALLE ORE 17 (CHIEDERE DI MARÍA MARTA DEVOTO).

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS,

¡BUENOS DÍAS!

EL SÁBADO 13 DE ABRIL  SE INICIARÁ UN CURSO DE ITALIANO PARA PRINCIPIANTES. BRINDADO POR EL PROFESOR CLAUDIO MORANDI

EN LA CAPILLA JUAN XXIII (TANDIL 2151 CABA).

TENDRÁ TAMBIÉN LA FINALIDAD DE PREPARARNOS PARA PARTICIPAR  DE LA “MISA EN ITALIANO”, PROYECTO FUTURO DE LA CAPILLA.

POR CUALQUIER CONSULTA LLAMAR  AL 4613-0335  DE 14 A 17 HS. (PREGUNTAR POR   MARÍA MARTA DEVOTO).

 

 

 

 

viernes, 3 de mayo de 2013

Para que nos vayan conociendo este es el frente de nuestra Capilla



La capilla Juan XXIII, sita en la calle Tandil 2551 cumple, en Agosto de este año 2013, sus 50 años de presencia en esta zona de Flores.
Estamos preparando los festejos para conmemorar este importante aniversario.
Si querés conocerla, los domingos a las 11 se celebra la Santa Misa.
Acercate, te esperamos