jueves, 26 de septiembre de 2013

Conociendo la Papa Bueno (parte 1)


CONOCIENDO AL PAPA BUENO

(Gentileza del Seminario Catequístico Arquidiocesano Juan XXIII)

Nuestro querido seminario cumple en 2013 sus primeros 50 años y por eso queremos ayudarnos a profundizar la vida de Juan XXIII. Para ello nos basamos en el libro “Juan XXIII” de Mario Benigni y Goffredo Zanchi, con prólogo de Loris F. Capovilla quien fuera secretario del Papa.
Una vida humilde
Juan XXIII al cumplir sus 80 años escribía este “salmo” de acción de gracias… «Reflexionando sobre mí y sobre la múltiples vicisitudes de mi humilde vida, debo reconocer que el Señor me ha dispensado, hasta ahora, de esas tribulaciones que a muchas almas hacen difícil e ingrato el servicio de la verdad, de la justicia, de la caridad. Pasé la edad dela infancia y de la juventud sin sentir la pobreza, sin sentir la pobreza. Sin inquietudes de familias, de estudios, de contingencias peligrosas, como fue, por ejemplo, el servicio militar a los veinte años y durante la gran guerra. Pequeño y modesto como me reconozco, sólo tuve buenas acogidas en el ambiente que me acogió… ¿cómo os agradeceré Dios mío, el buen trato que recibí siempre dondequiera que me presenté en nombre vuestro, y siempre en pura obediencia, no por mi voluntad, sino por la vuestra?»
Pero podemos preguntarnos ¿dónde nació esta sencillez y humildad del hoy beato?..
Mi familia es el mundo entero
Así se refería el Papa Juan sobre su origen. Ángel José Roncalli nació el 25 de noviembre de 1881, en Sotto il Monte, pueblito que dista 12 kilómetros de Bérgamo, al norte de Italia. Ésta es una tierra que vio florecer numerosos y ejemplares cristianos gracias a la labor evangelizadora realizada por San Alejandro, mártir, XVII siglos atrás: su sangre derramada por la fe sería allí semilla de innumerables cristianos.
Ángel era "hijo del viñador Roncalli" . En efecto, él era descendiente de una familia campesina, profundamente católica, humilde y a la vez muy numerosa: eran trece hermanos, de los cuales él era el tercero. Fue este el ambiente en el que se iría forjando una personalidad con la que cautivaría a sus feligreses y al mundo entero: en la familia llegó a ser como un padre para todos sus hermanos, sencillo y manso, a la vez vital y exigente, siempre generoso. Oración en familia y piedad marcaron esta etapa sobre todo de la mano de su padrino quien acompañó su crecimiento en la fe…
   En su infancia, conjugando sus primeros estudios con los trabajos agrícolas, Ángelo asistió a la escuela de su pueblo. Ya desde que tuvo conciencia experimentó el llamado del Señor al sacerdocio pues nunca, como confesó él mismo poco antes de su tránsito, hubo momento alguno en que hubiese deseado otra cosa. Sin duda este deseo se reflejó ya desde niño en sus actitudes y opciones: sus amigos de infancia no tardaron en llamarle "Angelito, el cura".
Reflexión: ¿Podemos redactar un salmo como el Papa Juan dando gracias a Dios por nuestro comienzo en la vida de fe?

No hay comentarios:

Publicar un comentario